Resumen: | El trabajo indaga las relaciones entre corporalidad y violencias, poniendo especial atención en el motivo de la mujer transformada por el fuego que reaparece en La Virgen Cabeza y Romance de la negra rubia de Gabriela Cabezón Cámara y en los cuentos "Los peligros de fumar en la cama" y "Las cosas que perdimos en el fuego" de Mariana Enriquez. Se postulan como hipótesis iniciales que estas mujeres tocadas por el fuego se configuran como sujetos mixturados, inconclusos y mutantes que, en su proceso de metamorfosis, devienen monstruos. Se concibe lo monstruoso, a partir de los postulados de Foucault en Los anormales, fundamentalmente como el punto de encuentro de dos infracciones: la transgresión de las leyes de la naturaleza y la transgresión de las leyes de la sociedad. Estas figuras femeninas se constituyen como cuerpos anómalos, cuerpos hechos de retazos, préstamos y mezclas, cuerpos que alteran el orden de los géneros y el modelo tradicional de familia, cuerpos que transgreden las leyes de la naturaleza y las normas de belleza. Pero sobre todo, se constituyen como monstruos políticos: cuerpos insurgentes que se entregan al fuego como modo de resistencia y que hacen de ese devenir extraño un método sistemático de protesta. En este sentido, las mujeres-monstruo de la narrativa de Cabezón Cámara y Enriquez desafían los sistemas de orden y de clasificación de la cultura, las relaciones de dominación y las desigualdades de sexo-género y de clase, cual flores que arden o cuerpos que consagran sus cicatrices como ofrendas.
|