Resumen: | El presente trabajo se enmarca en el proyecto de investigación "Modalidades actuales del envejecer y proyectos de vida", en el que se abordan distintas problemáticas propias de la longevidad, como plus de vida no representado. La temática de la investigación es abordada por medio de una metodología de enfoque cualitativo, a partir de entrevistas en profundidad realizadas a adultos mayores. La problemática específica que se desarrollará en el trabajo es la representación que el adulto mayor tiene de sí a partir de la percepción de su propio cuerpo. El desarrollo de esta problemática en particular, obedece a que a través de nuestras investigaciones y en consonancia con lo desarrollado por diversos autores, se ubica al cuerpo como un escenario propicio que permite a través de su observación y conocimiento pensar el trabajo elaborativo del envejeciente. En cuanto a la tarea psíquica que impone el cuerpo envejecido, se sitúan dos posibles respuestas frente al mismo: la elaboración psíquica como conciencia de finitud, que permitiría la aceptación del nuevo cuerpo y la inclusión de éste en la creación de proyectos; o bien el rechazo del cuerpo envejecido limitando las posibilidades de crear proyectos acordes a la longevidad. Estas dos posibilidades permiten pensar en un trabajo de duelo frente a la percepción del transcurrir del tiempo en el cuerpo, o bien, en una "revuelta anímica contra el duelo" (Freud, 1915), lo cual daría lugar a una negación por parte del adulto mayor de la percepción de sí que genera dolor. Se hará referencia a las respuestas frente al cuerpo ideal imperante, contemplando el significado cultural que se le otorga al envejecimiento en el varón y la mujer, lo cual supone la instauración de un ideal regulatorio de cuerpo y a la naturalización de las respuestas frente al mismo, plateando una universalización de las mismas, y la consiguiente invisibilización de la diversidad de posturas frente a la realidad del cuerpo envejecido.A modo de conclusión se plantea la construcción de la imagen del cuerpo como un proceso psíquico continuo, condicionado tanto por el imaginario histórico-social, como por la historia subjetiva propia -en este caso- del envejeciente. Esta última estaría determinada por la operación de "poner en memoria" y "poner en historia" (Aulagnier, 1991) los elementos constituyentes del sujeto, propios de un psiquismo en el que la permanencia y el cambio se encuentran en "estado de alianza". Es posible visualizar, a través de los dichos de nuestros entrevistados, la diversidad en cuanto a las posibilidades de elaboración de la conciencia de finitud y el desarrollo de actividades que contemplan los cambios registrados en el cuerpo envejecido, tanto desde un nivel periférico (arrugas, canas) como cenestésico (fuerza y resistencia), incorporando los mismos a nuevos proyectos posibles, en función de sus propios deseos, en el cada vez más prolongado tiempo que queda por vivir.
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