Resumen: | La conformación de las esferas pública y privada y el debilitamiento de los vínculos "comunitarios" han sido descritos como elementos centrales de la "modernización" de las prácticas familiares y de los "modos de habitar". Los años sesenta y setenta han sido señalados por distintos especialistas como un momento en el que los límites de dichas esferas fueron puestos en cuestión. Procesos de distinto tipo confluyeron en la redefinición de aquella frontera: desde transformaciones en materia de familia y género -vinculadas a la presencia cada vez más asidua de las mujeres en el mundo público, a la escisión entre sexo y reproducción, a la diferenciación de los jóvenes como grupo, etc.- a una diversificación en el consumo (que permitió, entre otras cosas, la difusión masiva de distintos electrodomésticos) y a una intensificación del peso de los medios de comunicación de masas en la vida cotidiana. En este trabajo, observamos cómo interactuaron dichas transformaciones con las prácticas de un conjunto de familias, centrándonos en una dimensión que resulta de particular relevancia: la de la sociabilidad barrial. Aquí se propone retomar la mirada de los actores. Tomamos las prácticas familiares en los espacios de la cotidianeidad como objeto central de análisis, considerándolas a partir de las representaciones de los sujetos. La focalización sobre los usos y las prácticas familiares permite obtener una mirada con distintos matices que complementa las aproximaciones estructurales y aquellas centradas en las prescripciones sobre los comportamientos familiares. 1Las familias con las que trabajamos residen en un barrio de la ciudad de Mar del Plata, el barrio Santa Mónica, que lograron un fuerte ascenso social en el período trabajado. Santa Mónica nació como un barrio de sectores populares, en el contexto de un sostenido crecimiento de la ciudad alimentado por las migraciones desde áreas rurales. Sin embargo, con el correr de los años, se constituyó en uno de los sectores más caros y requeridos de la ciudad. Los cambios en la sociabilidad y en la forma en que los actores narran sus prácticas están fuertemente tramados con el relato de un épico ascenso social. Aquí trabajamos con diez historias de vida de familias residentes en el barrio desde fines de los años cincuenta, reconstruidas en una serie de entrevistas. Los criterios que hemos elegido para seleccionar a los entrevistados han tenido en cuenta la inclusión de cierta diversidad en términos de género y generación. Por una parte, de los diez entrevistados, seis son mujeres y cuatro, varones. Por otra, si todos viven en Santa Mónica desde fines de los años cincuenta, seis de ellos se instalaron allí ya de adultos, mientras, los otros cuatro, o bien llegaron al barrio siendo todavía niños, o bien nacieron en él. Hemos incluido, además, dos parejas de padres e hijos. Esto se debe a que una de las hipótesis que aquí sostenemos es que la posición que los actores ocupan dentro del "campo" familiar condiciona tanto sus prácticas como sus relatos
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